
Construcciones terrosas de termitas, en el interior de un confesionario. Fontcoberta. Girona. Junio del 2012
El despoblamiento progresivo de nuestros pueblos y pedanías conlleva, entre otros, el cierre de iglesias y rectorías ante la falta de feligreses.
Una iglesia cerrada es un lugar idóneo para el desarrollo de patologías constructivas – humedades, filtraciones, salitre… – y por supuesto, un lugar donde se dan todas las condiciones para la proliferación de todo tipo de plagas.
Las palomas campan a sus anchas siendo un reservorio de organismos patógenos, ratas y ratones encuentran cobijo para proliferar la especie, los hongos fructifican favorecidos por la falta de luz y ventilación y el aumento de la humedad, las carcomas proliferan sin oposición…
Y no es ningún secreto que las termitas atacan vorazmente cualquier objeto que encuentren, por muy religioso que sea…